«Nadie es monedita de Oro para caerle bien a todo el mundo.» Es un dicho que constantemente repito y me han repetido, porque me parece muy real. ¡No tenemos que agradarle a todo el mundo! Pero es importante que aunque alguien no te agrade, no por eso lo trates despectivamente, le faltes el respeto, o lo debemos de hacer sentir mal. Uno, puede poner una barrera de distancia y seguir adelante compartiendo con esa persona en el mundo, manteniendo siempre la línea del respeto.
Anteriormente he escrito sobre como me gusta vivir en Lalaland, pero ya llegando a mis 37, madurando, me doy cuenta que en mi mente puedo fantasear sobre un mundo feliz y perfecto, pero la realidad es otra, porque no todo el mundo piensa como yo (y tampoco espero que eso ocurra). Mientras más adulto, más complicado el mundo.
Lastimosamente, durante este año, se me han presentado situaciones que he tenido que manejarlas de una manera que en mi vida fantasiosa ni siquiera existen. Situaciones que de una u otra manera, son parte de la vida real y del diario vivir.
Existen actitudes o comentarios que hieren mis sentimientos. Si esto pasa, mi manera de reaccionar es colocarle un escudo protector a mi corazón, crear mi barrera con aquella persona, y proteger mis sentimientos. JAMÁS mi reacción es lastimar a quien me lastimó. No me gusta que me lastimen, y creo que a nadie le gusta. Me cuesta mucho, pero simplemente sigo hacia adelante. Sigo respetando a la persona, me convierto en alguien que NO me gusta, en un personaje que he tenido que crear en mi mundo, alguien indiferente con aquella persona. Es muy importante que sepan que «Nunca cambiaré mi manera de ser.» Debajo de ese escudo protector, debajo de esa indiferencia, está mi corazón y mis sentimientos. Me gusta ayudar, sonreír, y de mis cosas favoritas hacer feliz a los demás cuando pueda. Me encanta cuando Ds me da esas oportunidades y se las agradezco todos los días, porque me hace feliz a mí. Aprovecho y pido perdón si alguna vez le he hecho un daño o herido a alguien, no son mis intenciones, no soy perfecta y cometo errores a diario.
¡Sigo dándome a conocer!
Así soy yo, Denise