Escribir se ha convertido en una pasión que pude haber heredado de mi mamá, aunque tengo que decir que a mi papá también le gusta.
Pero para escribir aunque a veces parezca fácil, tengo que decirles que muchas veces necesito una fuente de inspiración. Siempre pienso en las personas , en entrevistarlas porque todos tenemos una historia que contar, una historia para aprender de ella.
Hoy, Ds me puso en mi camino dos personas que escuché por un corto tiempo, sin embargo se convirtieron en mi fuente de inspiración para escribir el día de hoy.
Los que somos hijos, sabemos cuánto un padre significa para nosotros y los que somos padres, sabemos cuánto significa un hijo. A nuestros padres los cuidamos, los atendemos, les damos amor y sabemos que siempre estarán para nosotros.
Por nuestros hijos damos TODO. Nuestra vida, nuestro tiempo , están en nuestras mentes 24/7. Son los primeros que nos quitan el sueño cuando tienen un problema y nos concentramos en ver cómo podemos ayudarlos. Cuando ellos sufren, nosotros sufrimos y cuando ellos están felices, nosotros también. Cuando ellos tienen paz, nosotros tenemos paz.
Definitivamente ser padre no es un trabajo fácil, pero es satisfactorio. Es el mayor regalo que Ds nos dio. Es un amor inexplicable que solo hasta el momento que eres padre lo entiendes. Una conexión fuerte de dos corazones y aunque pasen las peores tempestades, es un lazo difícil de cortar.
Durante mi vida, me ha tocado ver padres llorar por una u otra razón. Es una situación difícil y cómo madre hoy día comprendo. Muchas veces lloramos porque nuestros hijos están pasando por una situación difícil o tienen algún dolor o sufrimiento. Y es en ese momento cuando se presenta la mayor de las impotencias. Nos sentimos inútiles. Y llega el momento en que decimos: ¿Cuánto daría por no ver a mi hijo sufrir? ¿Por cambiar de posición con él?
¡Lastimosamente, no lo podemos hacer! Pero hay algo que sí podemos hacer, darles nuestro amor, nuestro cariño, tiempo para escucharles, tiempo para compartir .
Como hija les confieso, no se necesita lo material para apoyar a tu hijo, el solo hecho que están para nosotros es más que suficiente para aliviar el dolor.
El apoyo que un padre le da a un hijo es invaluable. No importa el lugar que estemos (como hijos) ya sea a la vuelta de la esquina o a kilómetros de distancia, el saber que cuentas con el apoyo de tus padres es una seguridad garantizada de por vida.
Hago una pausa en este momento, porque sé de muchas personas que tristemente tuvieron padres por un período corto de sus vidas. Pero también sé de esas mismas personas que me dicen: yo aprendí mucho de mi padre o madre. Muchos los citan constantemente y los mantienen en un vivo recuerdo. Lo que me lleva a pensar que como padres debemos de dar el 100% para con nuestros hijos.
A nosotros los padres nos mandaron de primeros que a nuestros hijos para ser sus guías, sus ejemplos. Algunos por corto tiempo, a otros por más pero al fin y al cabo es dar cada día lo mejor de nosotros.
Y como hijos hacer lo mismo. Debemos saber apreciar, valorar, querer, amar y cuidar a nuestros padres. El tiempo a veces es más corto de lo que pensamos.
No dejen de aprovechar cada momento de tener un gesto de amor, ni con sus padres , ni con sus hijos. Un abrazo, un beso hace una gran diferencia.
Este post lo dedico a todos aquellos padres que día a día lloran por ver a sus hijos en situaciones difíciles, recuerden no perder la Fé. ¡Somos la fortaleza de nuestros hijos! Y en cada momento que estén con ellos abrácenlos y bésenlos, es suficiente para saber que están para nosotros. Y a todos los hijos que tienen a sus padres cerca cuando tengan la oportunidad hagan lo mismo, recuerden que sin ellos no tuviéramos la vida.
Aprovecho este escrito para dar gracias Ds por darme la oportunidad de ser madre y ser hija.
Así soy yo, Denise