Hace unos días termine un libro llamado «Dispárame ya estoy Muerto» de Julia Navarro. Me tomo un tiempo leerlo, por lo largo, pero me sentí totalmente identificada con el libro. Quizás para los que lo leyeron, sientan que es por mis raíces, sin embargo no es únicamente por eso. Quiero resaltar mi identificación con un personaje llamado Samuel Zucker.
No voy a contar la trama del libro, pero si hacer énfasis en como este personaje mantenía la paz en su residencia, donde la compartía con su mejor amigo Mohamed Ziad. La parte en la que me refiero del libro se desarrolla en los años ’30, cuando todavía no se había proclamado el Estado de Israel.
2 personas, viniendo de 2 mundos diferentes, supieron dejar a un lado las diferencias que existían a nivel general, para convivir y llegar a ser como familia. Mantuvieron la tolerancia y el respeto constantemente, se protegían unos a los otros. Samuel siempre se enfocaba en como no importaba cual era la religión de cada uno, eran seres humanos, eran familia. Nunca vieron ninguna diferencia entre ellos.
Nosotros los seres humanos a veces buscamos razones absurdas para pelear, olvidándonos quizás los momentos compartidos con aquella persona que fueron momentos de alegría o quizás de tristeza pero que se convivieron y compartieron juntos.
A veces se crean discusiones por cosas innecesarias que quizás por ambas partes querer algo positivo pero no llegar a un acuerdo, se crea un conflicto.
Muchas veces nos lanzamos a una discusión o una pelea sin pensar cuantos pueden salir heridos. A veces solo miramos y pensamos en nosotros mismos, y no sabemos como puede estar afectado el otro. Asumimos que el otro es de hierro y puede aguantarlo todo. La realidad es que en una discusión o pelea, ambas partes salen heridas, unos las reflejan más que otros, pero nadie sale ileso.
¿Por qué en este mundo no se puede mantener la Paz? Porque tristemente no sabemos tolerarnos, a veces ni siquiera toleramos a los de nuestra propia familia. Porque no respetamos que existen diferencias de opiniones y porque no sabemos aceptar a las personas como son.
Me identifico con Samuel Zucker en no ser una persona conflictiva, no me gustan las peleas ni las discusiones, y si las llego a tener, porque a veces tengo diferencias de opiniones, trato de mantener control y si me excedo porque perdí el control, saber pedir perdón.
Nada esta escrito en piedra, y cada día podemos ser mejores. Lo he dicho muchas veces y lo seguiré repitiendo, tolerancia y respeto. Además no hay que perder el tiempo en peleas, cuando hay cosas positivas para ver. El tiempo es muy corto, y aunque dicen que el tiempo lo cura todo, a veces quedan cicatrices. Si esta en nosotros poder evitarle a alguien una herida, debemos hacer nuestro mayor esfuerzo. El mundo tiene muchas cosas bellas, es solo saber con que ojos mirarlas.
Así soy yo, Denise