Cuando eres mamá, no importa la edad siempre quieres tener la oportunidad de ver a tus hijos por un huequito. La semana pasada, tuve la dicha de ser invitada por mi hija mayor a una de sus clases favoritas que son las de cycle. Ella se despierta cada mañana muy temprano para llegar a su clase, inclusive los domingos. Yo realmente no entendía que era lo que la motivaba o que era lo divertido de cycle hasta que llegué a esta clase y la vi, ya no por un huequito, pero LIVE al lado mío.
Empecé por ver el entusiasmo con el que se montaba a la bicicleta. Yo traté de hacer lo mismo, subí con mucho entusiasmo y estaba supuesta a dar la clase y pedalear, pero no me fue fácil, no tenía la fuerza. Mi mirada se desvió. Yo veía el entusiasmo de mi hija y la motivación que transmitía la instructora con sus palabras, con su energía, les decía: “Vuelen alto, cuando se cierra una puerta se abren las ventanas.”
Con estas palabras de la instructora, mis pies seguían pedaleando sin poder separarme de la silla (no había manera, no lo lograba), pero mi mente logró despegar y volar.
El tiempo pasa muy rápido, nuestros hijos crecen y debemos dejarlos explorar y elegir lo que les gusta. Aceptar que cada persona tiene un espacio propio y hay que respetarlo. Comprender que no volaremos alto con las alas de otros, sino con nuestras alas. Que no todos encajamos en el mismo lugar. El hecho de que mi hija y yo compartamos genética, no significa que compartimos los mismos gustos. Somos dos personas diferentes, con gustos diferentes que nos amamos y eso no nos hace querernos menos. El que no seamos iguales no significa que ambas no podemos volar. Todos podemos volar alto haciendo lo que queremos y lo que nos gusta.
Por último tengo que decir que la importancia de tener un instructor, guía, padres, persona que nos inspire con buena actitud y positivismo hace toda la diferencia. Metámosle más a la energía positiva, a los buenos valores, a crecer, a aprovechar el tiempo, a sonreír, a valorar lo que tenemos, a disfrutar. Tratemos de inspirar a las personas, nunca sabemos quiénes nos siguen, para quien somos un ejemplo y quién es un ejemplo para nosotros.
Mi hija, un ejemplo para mí. No importaba lo difícil que podía ser pedalear y levantarse del asiento de la bicicleta, ella lo logró, yo, no, pero no me siento derrotada , me siento inspirada. Sé el esfuerzo que lleva lograr algo que queremos, las cosas no las hacemos de un día para otro, poco a poco, todo se logra.
Gracias hija por esta invitación y por darme una enseñanza de vida . ¡Love you!
Así soy yo, Denise